Carmen y Lucas, ambos de El Salvador, vinieron a mi capilla acompañados de un intimo grupo de amigos, para unir sus vidas en matrimonio. Emotivamente, siempre estaban tomados de la mano y cruzaban tiernas miradas entre ambos. En sus promesas, con seguridad y confianza, los dos manifestaron su deseo de estar juntos por siempre. Así deseamos que se cumplan sus sueños y vivan felices hasta el final de sus días.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre