El pasado 26 de mayo tuve el placer de recibir en mi capilla, a los jóvenes Salvadoreños, quienes vinieron acompañados de su pequeña hija y algunos familiares. Un amor constante y admirable. Desde que se conocieron a los 13 y 16 años respectivamente, Kelly y Fernando se enamoraron y comenzaron a vivir juntos. Años después tuvieron una linda niña y ahora, a los 21 y 24 decidieron legalizar su unión. La pequeña hija de la pareja no quería separarse de la madre, por lo cual la mayor parte del tiempo de la ceremonia, se mantuvo en los brazos. Así que tuvieron una testigo especial en su boda.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre