Emotivamente, el saludo de Richard fue seguido por las siguientes palabras: “Nunca sabes cuando y donde consigues el amor. Yo había buscado en muchas partes y nada, hasta que un día revisé en internet y conocí a una linda y adorable mujer, Juana, con quien voy a casarme hoy. Me enamoré de ella y de sus hijas, ahora vamos a ser una familia”.
Todas las bodas tienen anécdotas y por supuesto ésta también. Desde el momento en que la novia se acercó al lugar destinado a la ceremonia, debí interrumpir varias veces para hacerles reir y regresar su atención a mi persona. ¿Qué hacían ? se miraban a los ojos, se besaban y se decian te amo. Era genial. Parecían chiquillos de colegio, donde la emoción no les dejaba quietos, ambos reian, lloraban, se abrazaban y besaban. Todo es válido en el amor y a mi me parece encantador que estas cosas sucedan. Son parte del maravilloso mundo de las bodas. Los familiares y amigos disfrutaban de lo que veíamos y fue un lindo momento. Las hijas de la novia formaban parte del cortejo y se mostraban muy interesadas en el proceso, preguntando y riendo felices de lo que sucedía a su alrededor.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre