El sábado 20 de octubre, 2018 había finalizado una boda en Uniondale (ver post anterior) y me había detenido en un restaurante mexicano de la zona. Conversaba con mi esposo, cuando vi un mensaje en la pantalla del celular que decía “tenemos una emergencia”. Al abrir y leer, proviene de Cindy, una joven señora a la cual tuve el placer de casar en el 2017. Ella y su esposo estaban de invitados en la boda de “su hermana amiga” Lesly y la oficiante de bodas que habían contratado no llegó, ni tampoco les respondía las llamadas. Estaban todos los invitados y la fiesta estaba en proceso. Reviso la distancia y estaban a 45 minutos, más por lo menos 15 de pedir la cuenta, etc…en total una hora lo que daría 8 PM. Están de acuerdo y decidimos ir a colaborar con que hagan su sueño realidad.
A poco antes de las 8 PM, llegamos al hogar de Lesly y Max, una encantadora pareja, que reían mucho de lo feliz que estaban de poder solucionar y completar su boda. Familiares y amigos hacían bromas y en un agradable ambiente, los uni en matrimonio. No es la primera vez que participo en ceremonias donde un oficiante no se presenta. Terrible experiencia para los novios. Favorablemente, para Lesly y Max, todo salió hermoso y ahora están felizmente casados.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre
Nota: wedding911 fue colocado por mi amigo Edgar Alonso al leer la anécdota de lo sucedido.