Lorena es una simpática joven que trabaja en el Restaurante Casa Vieja (Brentwood); allí yo frecuentemente hago bodas y siempre que coincidía con Lorena me decía: “un día me casa a mí” y ese momento llegó. El 22 de mayo tuve el placer de recibirla en mi capilla. Ella se cambió en mi hogar, por lo tanto, le ayudé a ponerse el vestido, organizar el armador, hacer los lazos de la espalda y revisar que todo quedara perfecto. Los novios, Lorena de El Salvador, y Alfredo, de Mexico, vinieron con sus tres hijos, los padres y hermanos de la novia y algunos amigos. Un grupo feliz que después iban a la playa a tomar fotografías para luego celebrar.



Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre