El jueves 21 de abril tuve el placer de recibir en mi capilla, a Eyibeth y Carlos, ambos de Colombia. Vinieron acompañados de sus padres, hermanos y otros familiares. Tanto en sus votos como en las palabras de los invitados, siempre estuvieron presentes el agradecimiento a Dios por permitirles estar uniendo sus vidas en matrimonio. Los jóvenes se conocieron en la Iglesia, a la cual, ambos han asistido por años, e igualmente sus padres y de una amistad fraternal, nació el amor.



Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre