Katherine y Luis, ambos de El Salvador, llegaron acompañados de caras que me eran familiar. Ellos, con alegría, comentan que algunos de los presentes habían sido casados por mí; esta es la cuarta boda que les oficio en su familia. Eso siempre da placer oírlo. Una joven dice y yo seré la quinta porque pronto le llamaré para los planes de mi boda. Estos testimonios me confirman que lo que hago con amor, con amor es percibido por los novios y familiares.
Los novios tienen dos niñas que estaban pendientes del evento. Entre bromas, risas y alegría fueron unidos en matrimonio.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre