Mary es dominicana y Alberto es Mexicano. Es la segunda boda para ambos. Hace ya tres años que se conocieron, en Long Island, en el cumpleaños de una amiga en común, ese dia bailaron y allí floreció el amor. Ambos tienen hijos adultos de previas nupcias. Estuvieron acompañados de sus hijos y un intimo grupo de familiares y amigos.
A Mary le entristecía no poder realizar la boda religiosa, debido a que ya tenia una previa; sin embargo; yo adapté mis palabras a sus deseos, sus hijos colocaron en sus hombros un bello rosario en forma de amor infinito, con lo cual, simbolizamos que aceptaban unirse no solo legalmente, sino invitando a Dios a su hogar. En ese momento y en otros, Mary lloraba de emoción y en un momento me dijo: “yo quería casarme tanto por la Iglesia y no hizo falta. Sus palabras y detalles me han hecho sentir que estábamos en la Iglesia”
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre