Dayana y Julian vinieron desde Queens a casarse en mi capilla. Vinieron acompañados de varios familiares y de unos gemelos traviesos, hijos de la novia. Al llegar, venia con retraso y se estacionaron con prisa y el caucho golpeó el borde de la acera y se estropeó. Con sonrisas, dijeron, vamos a casarnos y luego resolvemos. Disfrutaron de su evento y posteriormente, intentaron arreglar el carro, sin embargo el caucho de repuesto estaba desinflado. Los novios querían celebrar así que dejaron el vehículo frente a mi casa y se fueron con los invitados a brindar. Regresaron 24 horas después a buscarlo.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre