Ambos son El Salvador, son muy jóvenes y ya tienen tres hijos; sin embargo, su sencillez, gestos y ternuras reflejan un amor que pareciera de adolescentes. A cada palabra, una caricia, un toque de mano, lagrimas, y muchas risas.
Tanto Reyna como Omar, son emotivos y transparentes, dejan ver sus sentimientos y sus expresiones demuestran lo felices que son y el gran amor que se tienen el uno por el otro.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre