En nuestra reunión previa a la ceremonia, estos dos jóvenes no dejaban de mostrar su alegría, mediante risas y bromas. Se conocen desde el colegio, sin embargo, aclaran que no se enamoraron en esa época. Posteriormente, al reencontrarse, el amor floreció y ahora, después de cinco años de noviazgo, unen sus vidas en matrimonio.
Estaban acompañados de familiares y amigos; entre los cuales, habían unas cuantas parejas, relacionadas con la familia, tanto del novio como de la novia, que han sido bendecidas por mi, oficiante de bodas Maria Rosario Rowan. Todas felices y con un excelente humor que siempre hace de las bodas de esa familia, momentos entretenidos e inolvidables.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre