El sábado de gloría en la Iglesia católica, tuve el placer de unir en matrimonio a Jesús, de Guatemala y a María, de Honduras. Inicialmente tuve contacto con Jesús quien me decía que no tenia interés en los detalles románticos de una boda. Sin embargo, su novia María no le hizo caso y convenimos en realizar una linda ceremonia. Curiosamente, Jesús no dejó de reír y disfrutar de los detalles de su matrimonio. Bastante frecuente que los hombres no crean que van a disfrutar del romance y posteriormente manifiestan su felicidad igual o mayor que las novias. Acompañados de familiares y amigos, fueron unidos por el amor y la ley.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre