El viernes 31 de agosto, super temprano en la mañana, llegaron a mi capilla, los enamorados Mari Cielo y Jorge, quienes vinieron acompañados de sus mejores amigos. Los cuatro sonreian constantemente y bromeaban los unos a los otros. Un pequeño grupo en cantidad, mas no en calidad…el amor reinaba en el lugar.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre