Cuando Miguel y Roxana obtuvieron su licencia de matrimonio en la oficina del Clerk, les daban cita para casarse en un mes y ya ellos no querían esperar. Un buen amigo de Miguel les comentó sobre mi persona y les dijo que ya yo había casado a varios de sus amigos en mi local en Suffolk. De inmediato, Miguel me contactó y nos pusimos de acuerdo para unirlos en matrimonio una semana después.
Acá llega el novio con su bebé en brazos y algunos de los invitados
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre