Un jardín hermoso, placentero y delicadamente decorado fue el ambiente para celebrar la unión de la bella Erika y su novio Moisés. En la entrada, una joven tomaba fotos instantáneas de los invitados, les colocaba el nombre y los pegaba en un álbum para que escribieran un mensaje a la pareja. Me pareció muy simpática la idea. Seguía un espacio donde los invitados podían degustar cocteles mientras se esperaba por la ceremonia. Al fondo tenían la carpa donde bellamente decorado estaban las mesas para la cena. En el medio, la piscina tenía cantidad de petalos de rosas. Algunos invitados acudieron con sus mascotas, las cuales se portaban muy bien, incluyendo una que vestía como parte del cortejo. El grupo mantuvo siempre buen humor, sonrisas y alegría por la boda de la enamorada pareja.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre