Cuando se trata de casarse, no hay diferencia entre los nervios de los quinceañeros y de los adultos. Romel y Linda eran un manojo de preocupaciones, desde el mes de noviembre, cuando contrataron mis servicios como Oficiante de Bodas. Frecuentes llamadas, atendidas con mucho afecto de mi parte, con preguntas y repaso de la ceremonia. Favorablemente para todos, el 27 de enero llegó el gran dia y todo salió muy lindo. Una reunión con familiares e intimos amigos en el Festival Hall Party en Jamaica.
Bendecidos con Amor para que sea por siempre y para siempre