Cada pareja es única y especial. Toda boda tiene su propio encanto y anécdotas. Erika y Fernando son una pareja muy risueña y amante de la naturaleza. El lugar escogido es un pequeño jardin del Museo de Arte de Nassau, debajo de un árbol bellísimo; vestidos informales, casual y descalzos, sintiendo la frescura de la grama en su caminar. Mientras la novia caminaba al lugar de encontrar a su futuro esposo, los presentes cantaron una melodía de alabanza a Dios con una letra muy hermosa.
La madre del novio vive en Argentina y vino de vacaciones para acompañarlos en el dia especial; también estuvieron presentes los hijos de la pareja y un intimo grupo de amigos, de los cuales, algunos no hablan español, por lo cual la boda se realizó bilingüe.
Bendecidos con amor para que sea por siempre y para siempre